La radiodermatitis es una reacción aguda cuando se produce en torno al momento de la terapia y crónica, o de aparición tardía, cuando aparece 5-10 años después de acabar el tratamiento.
En los últimos años los equipos más modernos, como los que administran radioterapia de intensidad modulada, han reducido la gravedad de la radiodermatitis aguda en muchos pacientes al permitir reducir la intensidad de la dosis. No obstante, la toxicidad a nivel cutáneo sigue siendo un problema, pues alrededor del 90 % de los pacientes desarrolla un efecto secundario de grado 1 y el 30 % un efecto secundario de grado 2, ambos en la piel.
Si bien la radiodermatitis puede desaparecer con el tiempo, puede afectar profundamente la calidad de vida del paciente y puede limitar la duración del tratamiento y la dosis administrada. Es por eso que los autores de este documento se han fijado el objetivo de revisar las soluciones existentes para prevenir o tratar los síntomas de la radiodermatitis en 2017.
Tras describir las pruebas que apoyan las estrategias para limitar y tratar las reacciones cutáneas a la radioterapia, llegaron a las siguientes conclusiones:
- Se ha observado que la radiodermatitis aguda se presenta con menor frecuencia si se utilizan productos dermocosméticos diariamente desde el inicio de la radioterapia.
- La terapia con láser de baja potencia (TLBP), también denominada fotobiomodulación (FBM) o «láser suave», puede tanto prevenir como curar la radiodermatitis aguda.
- El tratamiento con láser vascular, especialmente impulsos de láser de colorantes con impulsos de corta duración, ha demostrado ser eficaz en la radiodermatitis crónica.